Por qué un juego de mesa en el que el triunfo del fascismo es una opción se vuelve tan popular.
Se trata de un juego de deducción, estrategia e intuición, con cartas, que se llama Secret Hitler y está inspirado en el ascenso de Hitler al poder. Pueden jugar entre cinco y diez jugadores divididos en dos equipos. El equipo de los liberales y el equipo de los fascistas. El equipo liberal es un poco más grande. Uno de los jugadores hace de Hitler secreto y solamente los fascistas saben quién es. El objetivo del juego es subir a este Hitler al poder por medio de engaños a los liberales. Continuar leyendo «Secret Hitler! La fascinación por el mal»


En contraste con las últimas elecciones francesas en las que hasta el último segundo se mantuvo la tensión sobre quién sería el próximo presidente de la nación y durante semanas el debate no pudo ser más colorido y acalorado, las elecciones alemanas del 24 de septiembre están resultando bastante soporíferas.
Hamburgo protesta contra los ricos del mundo
La aprobación ayer del matrimonio gay en Alemania es un paso fríamente calculado de Angela Merkel. 
Esta es una de esas elecciones en la que uno querría que pasara lo que pasó en el libro de José Saramago, Ensayo sobre la lucidez. En unas elecciones municipales, puestos a escoger entre el partido de la derecha, el partido del medio y el partido de la izquierda, más del setenta por ciento de los ciudadanos votó en blanco.
Desde el 20 de enero pasado, los ciudadanos del mundo nos levantamos por la mañana pendientes de oír las noticias para enterarnos de la nueva atrocidad que se le habrá ocurrido al presidente de los Estados Unidos.*
Siempre me ha parecido ‘injusto’ que al hacer una búsqueda en Google sobre algún asunto específico, por lo general aparezca de primero la Wikipedia.
¿Llegaremos alguna vez a vivir en un mundo en el que no exista la más mínima sombra de racismo, un mundo en el que nadie se fije en qué color de piel, qué tipo de cabello tienen los otros, en el que estos rasgos externos no le importen a nadie? A juzgar por lo que se ve en estos tiempos no creo que nos podamos hacer muchas ilusiones.
Una de las ‘brillantes’ promesas que hizo el recién elegido presidente Trump durante su campaña fue la construcción de un muro que recorriera toda la frontera de EEUU con México. Así pues, un muro de unos 3 144 kilómetros. Una especie de Gran Muralla, como la china. No tanto por la extensión, porque la china es seis veces más larga, sino por su función. Un muro es una barrera que se construye para evitar el paso de uno de los lados al otro. Como el muro de Berlín que impedía a los berlineses del este cruzar al oeste. Una muralla, se me ocurre a mí, se aproxima más a una fortaleza, algo que se construye con un objetivo de defensa, para defender y proteger a los que están de un lado de los ataques e invasión de quienes están al otro lado. 
Cuando las mayorías se equivocan