Por qué un juego de mesa en el que el triunfo del fascismo es una opción se vuelve tan popular. 

Se trata de un juego de deducción, estrategia e intuición, con cartas, que se llama Secret Hitler y está inspirado en el ascenso de Hitler al poder. Pueden jugar entre cinco y diez jugadores divididos en dos equipos. El equipo de los liberales y el equipo de los fascistas. El equipo liberal es un poco más grande. Uno de los jugadores hace de Hitler secreto y solamente los fascistas saben quién es. El objetivo del juego es subir a este Hitler al poder por medio de engaños a los liberales.

Según un artículo del New York Times, desde que salió a la venta en 2016, el juego se convirtió en el producto más vendido en la categoría de juguetes y juegos en Amazon. Los creadores, dos estadounidenses, (ya habían creado antes otro juego llamado, Cards Against Humanity) supieron aprovechar el notorio aumento del interés en Estados Unidos hacia el fascismo, y el ambiente polarizador generado por el debate político en torno a las elecciones de noviembre de 2016 en ese país. Unas elecciones que ya todos sabemos como terminaron.

El ambiente de hoy en el mundo no puede, pues, ser más propicio. Líderes con ideologías hitlerianas han ido surgiendo y ganando poder en otras partes del mundo. En Holanda son la segunda fuerza más grande en el Parlamento. En Alemania, en cuestión de unos pocos años, lograron una tercera posición en las últimas elecciones. Y ahí está Austria, un país del que se dice que nunca logró purgarse de su pasado nazi, en donde el ultraderechista Partido de la Libertad estuvo a punto de hacerse con el poder. Buen ambiente para jugar a un Hitler secreto. Cada vez menos secreto.

Durante el juego, el equipo de los liberales tiene como misión revelar la identidad del Hitler secreto para asesinarlo y ganar el juego. El equipo de los fascistas, por su parte, se ocupa de pasar el mayor número de reformas fascistas para poner a Hitler como Canciller y ganar el juego.

Un detalle muy interesante de la aparición de este juego es que sus creadores tenían la idea pero no la plata para llevarla a cabo. Entonces lanzaron una campaña de recolección de fondos en el sitio web de Kickstarter (este fenómeno se conoce en español como micro-mecenazgo) dedicado a apoyar proyectos creativos. Ellos decían que necesitaba 54.450 dólares para producir el juego. Bueno, en 24 horas ya habían obtenido más del doble. Al parecer la idea de un juego con un Hitler secreto llegó a seducir a mucha gente.

¿Por qué será que las películas, los libros, que contienen grandes cantidades de violencia venden más? En Hollywood es sabido que mientras más explosiones, golpes, disparos (acción) se ponga en la película, más posibilidades de taquilla tiene. Un poco de sexo tampoco viene mal, sobre todo si involucra una cierta dosis de violencia en las escenas. La gente, la gran masa, no quiere ir al cine a ver a la madre Teresa actuando. Seguramente un juego de mesa que simulara las buenas acciones de esta santa produciría un fracaso en las ventas. A menos que el tal juego incluyera el ‘lado oscuro’ de la monja. Porque es esto lo que seduce, el lado oscuro de las cosas. Si no fuera por Darth Vader nadie iría a ver las películas Star Wars. Todos los niños se quieren disfrazar con la capa y la máscara negras de Darth Vader, y nadie se quiere vestir como Luke Skywalker, el buenazo de su hijo.

Mientras tanto, basta con mirar la historia del siglo XX para comprender que el fascismo no fue precisamente un juego. Basta con observar, de nuevo, los cambios que se están produciendo en los últimos años en Estados Unidos y Europa para reconocer el auge de la amenaza fascista, y de seguir así, no nos vamos a divertir mucho.

Por si alguien se ha quedado con curiosidad sobre el juego, aquí este video de 4 minutos en Youtube que explica cómo se juega: