No se necesita un canal en Nicaragua

Nicaragua_canal_proposals_2013Me alegré mucho el fin de semana pasado cuando, leyendo la edición internacional del New York Times, me encontré con la noticia de que se suspende indefinidamente el proyecto del canal en Nicaragua. Confieso también que lo que más me alegró fue saber que  Wang Jing, el multimillonario chino detrás de esta monstruosa empresa, está en quiebra. Según el NYT, en los últimos meses el hombre habría perdido 80 por ciento de los diez mil millones de dólares en los que se estimaba su fortuna. 

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https://commons.wikimedia.org/w/index/php?curid=2971836

El señor Wang Jing no fue el primero (ni el último) que tuvo esa idea. Parece que ya desde el siglo XVI a los primeros exploradores españoles que acertaron a pasar por ese sitio se les ocurrió que el lugar era perfecto para conectar los dos océanos. Siglos más tarde, Napoleón III de Francia soñaría en algún momento con el proyecto. Antes de meterse en Panamá, los estadounidenses consideraron seriamente la ruta de Nicaragua. El mismo Alexander von Humboldt propuso en la zona varias rutas para un canal interoceánico. Y en la postrimería del siglo XIX, los japoneses llegaron incluso a negociar con el Gobierno nicaragüense de aquel momento.

Al final, como todo el mundo sabe, el canal se hizo en Panamá. Hace unos años, con el argumento de que el paso por Panamá pudiera ya no estar respondiendo a las necesidades de hoy porque los barcos son cada vez más grandes, el Gobierno nicaragüense volvió a desempolvar los viejos planes decimonónicos. Hoy, bien entrado el siglo XXI, aunque a muchos la construcción de un nuevo canal les sonara descabellado, los planes del multimillonario chino llegaron a ser tomados bien en serio en Nicaragua. Tan en serio que lo único que podía detener el plan era la ruina del inversionista. Y es lo que ha sucedido, ¡aleluya! … por el momento.

nicaraguacanalEl canal de Nicaragua sería tres veces más largo y dos veces más profundo que el de Panamá. Una obra así representaría el movimiento de tierra más grande de la historia de la humanidad. Nada de lo construido hasta ahora sería comparable a eso. La obra arrasaría con miles de hectáreas de bosque virgen y destruiría ecosistemas frágiles. Buena parte de la zona es área protegida en donde viven especies en vía de extinción, como el jaguar. Además, como lo señala el NYT, la ruta pasa por el lago de Nicaragua, el cuerpo de agua fresca más importante del Centroamérica. ¡Qué quedaría del lago y de su agua fresca después de que le abran una trinchera de 80 kilómetros!

La construcción del canal de Panamá debió también representar en aquel entonces una catástrofe ambiental en la región, pero aquello sucedió hace un siglo cuando el planeta todavía podía permitirse este tipo de excesos. El Gobierno de Daniel Ortega dice que la construcción del canal traería la creación de miles de empleos. Sin duda. Pero vivimos en tiempos en que ya no se puede planear creación de empleo a costa de dañar la naturaleza.

La alegría por la supuesta quiebra del señor Wang no me duró mucho. El riesgo de que sus planes sigan adelante está vigente. Según el NYT los negocios en China pueden ser tan opacos que no es muy seguro contar con la bancarrota de este personaje. Bueno, no sólo en China, en cualquier parte del mundo los multimillonarios de las finanzas pueden perder un día un gran capital y a la semana siguiente recuperarlo con creces.

Hace unos meses una empresa consultora británica publicó un voluminoso estudio sobre el proyecto del canal recomendando que se hagan más estudios y que se planifiquen medidas de mitigación de daños.

aves-contaminadas-con-petroleoEsto suena preocupante. Tantos estudios son señal de que la cosa va en serio, y si no lo hace este multimillonario chino, lo harán otros. Cuando los estudios son tan avanzados que incluyen ‘mitigación de daños’, un eufemismo para dar la imagen de que se están haciendo las cosas de manera responsable con el medio ambiente, entonces es señal de que hay cada vez más plata e interés real en el proyecto. Las grandes empresas de la industria fósil realizan toda clase de estudios de mitigación de daños antes de perforar en alguna parte. Después, en la práctica, se ve que los daños siempre superan hasta los estudios supuestamente más objetivos. Esto, sin contar con los accidentes que pueden generar catástrofes imprevisibles. O quizá, justamente, muy previsibles. Me pregunto si los estudios ‘científicos’ de las empresas consideran la eventualidad de una catástrofe.

El NYT cita a un biólogo estadounidense que vive en Nicaragua y que hizo parte del estudio antes mencionado, y quien, por supuesto, está a favor de la construcción del canal. Se trata de un tal Jeffrey McCrary, que dice: “¿Vamos a matar bastantes peces para construir el canal? Sí, pero sin el canal estamos perdidos”. ¿Perdidos? (Literalmente dice, we are doomed.)

Qué clase de biólogo es éste, me pregunté, dispuesto a decimar la fauna acuática del Lago de Nicaragua. Enseguida lo busqué en Google y me encontré con no poca información sobre este científico con título Ph.D., que explota en Nicaragua un ‘proyecto ecológico’ de dudosa reputación que ha sido objeto de numerosas críticas. ¡Y pensar que con gente tan controvertida como este científico se está fundamentando en Nicaragua la construcción del canal!

Es triste también saber que mucha gente en Nicaragua piensa que el canal los va a sacar de pobres. ¡Cuántos grandes y prometedores proyectos realizados por empresas extranjeras en países en desarrollo no solamente no han sacado a la gente de la pobreza sino que, peor, la ha dejado hundida entre los destrozos que dejan la empresa! Como dijera García Márquez en una de sus mejores novelas refiriéndose a la compañía bananera que explotaba a los campesinos de la zona, ellas llegan, hacen sus ganancias y luego se van y sólo nos dejan la hojarasca. La hojarasca.

Mientras tanto, el señor Wang, en bancarrota o no, sigue teniendo sus ojos puestos en Nicaragua. Y si no es él, ya aparecerán otros Wang en el camino. Que, en fin, después de todo no hay muchas razones para alegrarse.

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5 comentarios

  1. Usted está confundida. El sitio que supuestamente menciona Jeffrey McCrary, no existe. Pero que se puede esperar-usted vive en un país poderoso. Solo en la capital del país hay 100 km de canales, y 33 canales más existen en el resto del territorio. Porqué usted se mete en asuntos en Nicaragua, mientras en este sitio extensivo, usted nunca menciona ninguno de esos canales. Es porque los canales solo son para gente como usted en un país rico? Nicaragua no necesita de extranjeros como usted en sus asuntos; pelee contra sus propios canales, por favor.

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    • Mi única preocupación es por el medioambiente. Los primeros perjudicados por una obra de esa magnitud sería la misma población nicaraguense. Mejor harían los interesados en invertir en el desarrollo de un país como Nicaragua, en hacerlo en proyectos sostenibles que beneficien a la gente sin dañar la naturaleza.
      Cuando se trata de desastres ecológicos, las fronteras de los países no representan nada. Cualquier catástrofe que se produzca en Centroamérica afecta a toda la región, el continente, y al final, a todo el planeta.

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  2. Sí, pero hoy los beneficios económicos y geopolíticos no se pueden poner por encima del costo medio ambiental. La destrucción de la naturaleza es una mayor catástrofe económica. Saludos.

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  3. No se necesita otro canal Pacifico Atlantico pero llo creo que la China I Nicaragua lo quiren acer para beneficios economicos I geopoliticos.

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