La aprobación que hizo ayer el Gobierno federal alemán del glifosato es una bofetada a los consumidores y al medio ambiente. Fue lo que dijeron las organizaciones no gubernamentales que estuvieron muy activas en los meses anteriores recogiendo firmas de los ciudadanos para rechazar la prolongación del uso del tristemente famoso herbicida. Millones de ciudadanos europeos quieren que se prohíba el glifosato.
Sin darnos cuenta, estamos consumiendo a diario grandes cantidades de glifosato en las verduras y productos hechos a base de éstas (como el popular helado Ben and Jerry, que hace un mes tuvo que anunciar que sus helados no incluirán más ingredientes que contenga este herbicida).
El glifosato, que produce la multinacional Monsanto bajo el nombre de RoundUp, es el herbicida más usado en todo el mundo, a pesar de que numerosos estudios científicos han demostrado que es nocivo para el medio ambiente y la salud humana. La Organización Mundial de la Salud, OMS, lo ha declarado como “posible cancerígeno”. La Unión Europea habría podido prohibir su uso a partir de enero de 2018, pero ayer, con el sorpresivo e inesperado respaldo de Alemania, una mayoría de los países miembros de la UE logró prolongar su licencia de uso por cinco años más. Una victoria para el lobby de la industria agroquímica. ¡Bravo Monsanto, Syngenta, Bayer, y otros gigantes del sector agroquímico!

La noticia ha causado gran revuelo en los medios alemanes. No solamente el ministro de Agricultura alemán, Christian Schmidt, conservador del partido CSU, ignoró la posición de la ministra del Medio Ambiente alemán, Barbara Hendricks, socialdemócratas del SPD, en contra del glifosato, sino que esta desafinada movida de los conservadores pone en peligro la coalición de gobierno que ahora se discute en el país. ¿Cómo va a poder trabajar el SPD junto con los conservadores si hay diferencias tan esenciales entre ellos como los criterios medioambientales, entre otros? La ministra Hendricks ha dicho que Schmidt sobrepasó su autoridad y actuó solo.

Lo que todos se están preguntando hoy es, ¿sabía Ángela Merkel que su ministro de Agricultura iba a dar este paso? Una pregunta clave porque, si Merkel lo sabía, entonces es casi seguro que se hunda el proyecto de la futura coalición de gobierno. Lo cual es mala noticia para Merkel porque significará que hay que hacer nuevas elecciones. Y unas nuevas elecciones podrían dar resultados catastróficos para los conservadores.
Ahora bien, si Merkel no lo sabía, entonces estará obligada a pedirle la renuncia a su ministro de Agricultura, expresando así su desaprobación a la decisión del señor Schmidt a favor del glifosato. Una medida así ayudaría, sin duda, a continuar con las conversaciones con los socialdemócratas y podría salvar la coalición.

De todos modos, el mal ya está hecho. Los partidos políticos quizá se arreglen entre ellos, pero mientras tanto los ciudadanos europeos seguiremos consumiendo durante cinco años más el glifosato que nos llega con verduras, legumbres, aceites, galletas, panes, nueces, etc., todo lo que se compra en los supermercados convencionales y que contiene ingredientes vegetales. La empresa Monsanto dice que su RoundUp es efectivo para acabar con la maleza. Es verdad, esto nadie lo pone en duda. El problema es que este veneno acaba no solo con la maleza sino con toda la biodiversidad del terreno, porque está diseñado para que solamente sobreviva la planta que se busca cultivar.
Si Francia, que es un país agrícola grande, votó ayer en contra del glifosato (junto con Italia, Grecia, Bélgica), ¿por qué Alemania se puso del otro lado? Evidentemente, el lobby de la poderosa industria agroquímica ha sido más fuerte en este último país.
El poder de las multinacionales es tan poderoso que hasta un país como Alemania cede ante sus exigencias. Muy buena entrada.
Saludos.
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Cada vez los gobiernos deciden menos, y el poder está realmente en manos de las grandes empresas.
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Eso es absolutamente cierto. Los gobiernos hoy no son más que meros empleados con un buen plan de vacaciones.
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Muy buen post, Saludos
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Gracias.
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Justo ví hace un par de días un documental sobre este pesticida. Por desgracia creo que el lobby de la industria agroquímica tiene demasiado peso hoy en día: Covestro, Bayer… Sólo hay que darse un paseo por Leverkusen.. 😦
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Entonces sabrás que Bayer va a ‘comprar’ a Monsanto próximamente. Será una fusión de dos titanes. ¡Sálvese quien pueda!
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Si… me da a mi que van a ser imparables…
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Gracias, Demir. El glifosato es un atentado a la naturaleza.
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Excelente artículo.
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