La risa de Frans Hals

Caballero sonriendo

Algunos dudan de que este Caballero Sonriendo pintado por el artista holandés Frans Hals en 1624, esté sonriendo verdaderamente. La duda viene de que en esa época, la gente no sonreía ni reía en los retratos. Y mucho menos gente como este caballero, un noble, o un burgués rico como mínimo, por la ropa que lleva puesta. Pero yo creo que sí sonríe. Basta fijarse en la mirada pícara de sus ojos. Nada más por ver este cuadro, uno de los más admirados del artista, ya vale la pena visitar estos días la exposición de Frans Hals en el Rijksmuseum de Ámsterdam.

Lo que más llama la atención de muchos de los cuadros de Frans Hals es la risa. Los personajes de Hals no solamente sonríen, sino que claramente se ríen. Y esto era bastante excepcional en esa época, pleno siglo XVII. Unas pocas décadas más tarde, otro gran artista holandés, Jan Steen (y otros contemporáneos, como Honthorst), pintaría también gente riéndose, pero la diferencia es que en Steen, la risa aparece siempre en grupo, la gente bebe, hace música y se divierte. En cambio, en Hals la risa y la sonrisa por lo general son individuales.

Hasta esa época, la única sonrisa importante en el arte era la de la Gioconda, o Mona Lisa, pintada por Leonardo da Vinci hacia 1506, un siglo antes que las primeras obras de Frans Hals. Pero como todo el mundo sabe, la sonrisa de la Mona Lisa es problemática. Ni siquiera es seguro que sea una sonrisa. Podría no ser sino una ilusión óptica. Algunos dices que es misteriosa, para darle más trascendencia a lo que, según otros, sería una expresión facial causada por no sé qué afección en la tiroides que debió padecer la Gioconda. Quién sabe. Lo que nos interesa especular aquí es que, da Vinci quizás nunca se propuso pintar a una señora insinuando una sonrisa, sino pintarla tal como era ella hasta cuando estaba seria. Lo cierto es que, del caballero de Hals, nadie se atrevería a decir que podría tener problemas de tiroides.

Pescador sonriendo, 1628

De modo que, que yo sepa, hubo que esperar un siglo largo para ver claras sonrisas y risas en los rostros de los retratados. Risas sin misterios, sin lugar a duda. Hals fue el primer artista de renombre que se atrevió a pintar a gente riendo sin complejo, exhibiendo todos los dientes, sin importarles el desastroso estado de sus dentaduras. Lo normal en esa época. Uno de mis cuadros preferidos en esta exposición del Rijksmuseum es esta (aquí arriba) que muestra a este joven pescador con una tremenda espontaneidad en su risa, exhibiendo unos dientes delanteros que plantearían un desafío a un buen ortodontista hoy día. Pero es precioso, casi parece que lo oímos reír.

Laudista con vaso de vino

Se dice que estaba mal visto entre los artistas serios pintar gente riendo. No solo por el tema de los malos dientes, no era muy decoroso estar exhibiendo las caries, sino porque la risa era cosa indecente. La risa era para los locos, los bufones, los borrachos, los actores y, claro, las prostitutas. La risa tenía algo de diabólico, de perverso. Los que se ríen en los cuadros de aquellas épocas son las gentes de las clases bajas, como los pescadores de Hals. Otro pequeño argumento para especular que la de la Gioconda no debe ser una verdadera sonrisa, pues estaba mal visto que una señora decente sonriera en un retrato.

Malle Babbe

Como lo señala la introducción a la exposición del Rijksmuseum, Hals, “… es uno de los pocos artistas en la historia del arte occidental que ha conseguido pintar a personas sonriendo y riendo; la mayoría de los pintores rehuyen este reto simplemente porque es muy difícil”. Pero además, a través de la risa, Hals destaca la identidad individual del personaje, y su entorno social. Como en esta Malle Babbe, la loca Babbe, probablemente una figura conocida en la calles de la Haarlem, la ciudad en donde vivió y trabajó Hals casi toda su vida.

¿Qué tal este sonriente flautista con sus mejillas coloradas por el vino?

Y hasta el retrato que hizo Frans Hals de René Descartes, un filósofo no muy conocido por su sentido del humor, ¿no nos sugiere un poco una sonrisa? Bueno, yo le veo una sonrisita al estilo Mona Lisa, como que sí y como que no. Una de esas sonrisas restringidas que no dan para pensar mal.

Marilyn de Andy Warhol

Cuando buscaba imágenes en Internet para acompañar esta nota fui descubriendo lo poco que han retratado los artistas a gente riéndose. No solo en siglos anteriores. En el XVIII ya es más corriente ver las sonrisas, especialmente en las caras de las mujeres, aunque todavía con los labios cerrados. Los dientes seguían siendo un problema. Hubo que llegar al siglo XX para ver los dientes de Marilyn Monroe.

A pesar de ello, parece que la risa continúa siendo un gesto no muy estético. La deformación del rostro que puede generar la risa terminaría convirtiéndose en la postrimerías del siglo XIX en mueca de horror con El grito de Edvard Munch, y más tarde en caricatura, parodia y sarcasmo, como en este cuadro de Grosz en el que los que se ríen son de nuevo los perversos: el burgués desquiciado y la prostituta. Para mejores risas, es mejor ir a ver a Frans Hals.

George Grosz, Panorama, 1919

4 opiniones en “La risa de Frans Hals”

  1. Me encanta Frans Hals son maravillosos sus retratos, en especial los escogidos en tu bloc. E igualmente la pintura holandesa de la época en su maravilloso juego de luces que expiden los diversos temas. Un sentido muy pagano frente al Barroco católico. Claro teniendo la excepción de la mundanidad de los personajes religiosos de Caravaggio.

    Muy fresco su tu artículo. Lástima no poder ir a la exposición.

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    1. Gracias por tu comentario. Tienes razón sobre la mundanidad de los personajes religiosos de Caravaggio. Pero son personajes dramáticos, sufrientes. Los de Hals, seguramente también tienen sus dramas pero solo muestran la alegría del momento. Son figuras cotidianas, las que uno se encuentra por ahí en la calle.

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