… y sus obras perdidas
Si creemos las especulaciones que hace el escritor holandés Ilja Leonard Pfeijffer en su novela Grand Hotel Europa, entre los últimos cuadros que pintara el artista italiano Caravaggio, varios representan figuras sin cabeza, o a punto de perderla. Esto se se debería a que en el año 1606, Caravaggio asesinó a un hombre, y por este crimen fue condenado a ser decapitado por cualquier persona que se lo encontrara en el camino. Uno de estos cuadros es La decapitación de San Juan Bautista (1608), la única pintura de Caravaggio que tiene su firma, un detalle más importante de lo que parece, porque la falta de firma en sus cuadros se va a prestar después para confusiones. Otro es Salomé sostiene la cabeza de Juan el Bautista (1607), y uno más, posiblemente su última obra, David con la cabeza de Goliat (1609-1610). Un dato interesante al respecto es que en los tres casos, Caravaggio pinta su propia cabeza. Haciendo su autorretrato, Caravaggio estaría expresando su temor a morir de la misma forma.
La especulación tiene bastante sentido. Sin embargo, el tema de los descabezados está ya presente en obras anteriores del artista. Precisamente uno de sus cuadros más famosos, Judit decapitando a Holofernes, que muestra el momento en que la joven viuda judía, Judit, le taja la cabeza al general asirio, Holofernes, es de 1599, mucho antes de que fuera condenado por asesinato en Roma. Y en 1600 había pintado otro David con la cabeza de Goliat, en el que una vez más, el descabezado es el propio artista.
De todos modos no es descabellado pensar que el pintor tuviera miedo de acabar un día de esa manera. Se sabe que Michelangelo Merisi da Caravaggio (1571-1610) era un hombre violento, con el ánimo exaltado, siempre dispuesto a engarzarse en alguna pelea. Una noche de mayo de 1606, durante una reyerta mató a un tal Ranuccio Tomassoni, un nombre que pasaría a la historia solamente por el hecho de haber sido asesinado por Caravaggio. Para escapar de la ley, el pintor se refugia en Nápoles hasta casi el final de su vida. Las obras que produjo en esos años son consideradas como las de su periodo napolitano.
Algo triste, pienso yo, es que la muerte del artista en 1610, de la que poco se sabe, sucedió probablemente de manera menos grandiosa a como aparece pintada en sus cuadros. Ni siquiera se sabe con toda seguridad cómo murió (se dice que de fiebre), y su cuerpo nunca se encontró. Un estudio reciente, de 2010, del que posiblemente sean los restos de Caravaggio encontrados en el cementerio de una pequeña localidad de la Toscana, reveló que el artista (si de verdad era su esqueleto el que analizaron los científicos) murió por culpa de un estafilococo, “una infección que contrajo durante una pelea en la que resultó herido con una espada”.
Esta forma de morir suena convincente, conociendo el carácter belicoso del pintor. Pero no todo el mundo está contento con esta ‘solución’ del misterio de la muerte de Caravaggio. En particular los expertos en la obra del artista, como Pierre Curie, un especialista en la pintura italiana del siglo XVII, quien dice que, “… no sabemos gran cosa sobre su vida. Caravaggio es un personaje que se nos escapa. Y tal vez sea mejor así, porque eso nos permite proyectar lo que queramos en la obra de este gran pintor”.
Sin duda viene bien que se mantenga un poco de misterio en torno a Caravaggio, teniendo en cuenta la alta reputación de este artista, no solo en la historia del arte, sino en el mercado. El asunto es que, hay muchas obras ‘perdidas’ de Caravaggio, obras que desaparecieron y de la que hasta hoy se desconoce su paradero. Y hay muchas otras a las que se le atribuye su autoría, pero que son objeto de polémica y debate entre los expertos. Fuera de eso, de vez en cuando aparecen por aquí y por allá nuevos caravaggios, cuadros pintados con su estilo, de los que no se sabía su existencia pero que algunos reconocen como auténticos.
Es lo que está pasando ahora en Madrid con este cuadro titulado Ecce Homo, del que se sospecha fuertemente que es un caravaggio. La obra iba a ser subastada la semana pasada a partir de 1.500 euros. Un comprador interesado, con la certeza de que es auténtico, dijo que estaba dispuesto a pagar hasta 20 millones de euros, con la idea de revenderlo después hasta en 100 millones. O más. Y si de verdad es un caravaggio —como asegura Maria Cristina Terzaghi, prestigiosa experta en la obra de este artista— entonces España no quiere que salga del país. La experta dice que, “Hacía 20 o 30 años que no veía un cuadro de esta belleza. Recientemente se han atribuido muchos cuadros a Caravaggio, pero, en mi opinión, ninguno tiene la fuerza de este”. Y añade que se trata del “descubrimiento más hermoso e importante de la historia del arte de las últimas tres décadas”.
Lo de ‘tres décadas’ es un poco exagerado, pues hace solo siete años hubo otro descubrimiento caravaggesco “hermoso e importante”, esta vez en Francia. Se trata de otra versión de Judit y Holofernes, que se calcula que debió ser pintada en 1607, o sea, en el periodo en el que el artista estaba aplicado de manera particular en pintar descabezados. El cuadro fue encontrado accidentalmente en un ático en la ciudad de Toulouse. Algunos expertos creen que es auténtico, otros tienen sus dudas. No sé si se ha resuelto el enigma, lo único seguro por el momento es que no le ha favorecido mucho a esta obra el hecho de que el museo Le Louvre no haya querido comprarlo. No porque estén seguros de que es un falso caravaggio, sino porque es muy caro, y el Louvre ya tiene tres auténticos caravaggios en su colección.
Mientras tanto en Madrid sigue el debate sobre el Ecce Homo, que ya algunos expertos se atreven a situar entre 1606 y 1607, o sea, también en el periodo napolitano de Caravaggio, cuando se hallaba huyendo de Roma para proteger su cabeza. No es casualidad que sean justamente las obras de este periodo las que han desaparecido, por eso no hay que extrañarse de que cuando reaparece alguna se la date en estos, que fueron los últimos turbulentos años de su vida.
Los personajes de la novela de Pfeijffer están tras la búsqueda de otro caravagggio perdido. Pero no sé si lo encuentran, hasta ahora voy en la mitad de la novela.
Maravilloso artículo, Amira. Me encató el Amor Victorious de Caravaggio en la Gemälde Galerie 🙂 todo un lujazo.
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Hola Laya, la Gemälde Galerie misma es todo un lujo. Posee una colección impresionante de los grandes maestros y casi no la visita nadie. Lo bueno de esto es que uno se puede detener todo el tiempo que quiera frente a los cuadros más nos gustan. Un abrazo.
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Me gustó saber más de Caravaggio. Cuando era niña papá compró una Encclopedia Escolar… en la parte de arte e Historia pasaba la página a donde aparecía Caravaggio y El Bsco. Sentía miedo.
Abrazo querida Amira.
Un lujo leerte, siempre.
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Hola Demir, no me extraña que a los niños les asusten las imágenes de Caravaggio, porque son tremendamente realista y el uso del claroscuro les da mucha fuerza. No me acuerdo de si cuando estuviste en Berlín fuimos a ver los dos caravaggios que hay en la Gemälde Galerie. Preciosos. Pero seguro que has visto otros caravaggios en tus frecuentes visitas a Italia. Saludos.
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Sí.
Soy una amante de la pintura.
Me gusta Miró, Kandinsky y mis preferidos Van Gogh y de «El Greco» El entierro del Conde de Orgaz.
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