Sicilia, perdón por la basura

Cuando nos despedíamos de Marco, el simpático dueño del Bed&Breakfast cerca de Agrigento, nos dijo, “… y perdonen por la basura”. En un primer instante nos sorprendimos. El establecimiento estaba perfectamente limpio. Pero nos bastó recordar los montones de bolsas de basura tiradas a los lados de las carreteras sicilianas para saber de qué hablaba. En medio de la belleza geográfica del paisaje de la isla y en medio del encanto barroco de las ciudades se amontonan pilas de desperdicios.

Según intentó explicarnos Marco rápidamente, todo era culpa de la mafia (pues en Sicilia ellos controlan todo lo que genera algún ingreso, y la basura es un buen negocio), pero el problema ya se estaba solucionando. No nos dijo cómo.

garbageplasticEchándole un vistazo al contenido de los desechos que colmaban los tachos de basura en Palermo, se puede comprobar que un alto porcentaje está compuesto por piezas de plástico, particularmente botellas, bolsas y cajas de empaque. Es tan grande la proporción de desechos plásticos en un basurero urbano que se podría decir que, si la industria no produjera la enorme cantidad de botellas, cajas y bolsas plásticas que produce actualmente, y que, si la sociedad estuviera dispuesta a comprar sus productos sin envoltorios de esta naturaleza, la cantidad de desechos de los contenedores de una ciudad como Palermo se vería reducida hasta en un ochenta por ciento.

De modo que, si bien se le puede achacar a la Cosa Nostra el mal funcionamiento de la recolección de las basuras, el volumen del desperdicio no es culpa de ellos. Es decir, que, aunque los jueces sicilianos logren poner a todos los capos tras las rejas (¡ojalá!) los residuos plásticos seguirán inundando los botes de basura en las calles de las ciudades y en las bellas playas sicilianas.

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(Photo: cgdeaw/Shutterstock)

El plástico es un elemento omnipresente en los años que vivimos. Hasta en los países en donde se han tomado las medidas más severas para reducirlo se sigue usando abundantemente. La más mínima galletita que se compra en un supermercado de cualquier lugar del mundo viene múltiplemente empacada en alguna forma de polietileno. Pero hay lugares en los que su uso es más frecuente. Esa fue la impresión que tuvimos en Sicilia. El consumo más elemental, como tomar un vaso de agua en un café involucra un recipiente de plástico.

El uso del vaso de plástico parece ser una moda muy afianzada en la isla. Un camarero al que una vez le pedimos que no nos pusiera vasos plásticos sino de vidrio para el agua nos miró con cara de ¡qué clase de excéntricos son ustedes! Unos cannoli comprados en una pastelería te los meten en una caja de plástico duro, después en una bolsa plástica transparente y finalmente en una bolsa plástica con el logo de la tienda. Diez minutos más tarde, comidos los cannoli, todo habrá ido a engrosar los ya más que desbordados botes de basura de la ciudad.

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Imagen hallada en Twitter: https://twitter.com/ctrlamb/status/1040956056564912130/photo/1

Uno de esos días llegó el papa Francisco a Palermo para conmemorar el 25 aniversario del asesinato de un cura a manos de la mafia. Como todos saben, Francisco es un hombre austero, comprometido con las causas de los pobres, pero también con un impecable discurso ambientalista, un verdadero papa verde. Por eso, cuál no sería mi sorpresa al ver que la ciudad de Palermo había organizado un almuerzo para Francisco en el centro “Esperanza y Caridad” junto con los pobres de la ciudad, sirviéndolo en cajas de plástico (como se aprecia en la foto), con cubiertos de plástico. ¡Pobre papa Francisco! Entonces en Sicilia nadie le ha prestado atención a su encíclica Laudato Si’, en la que hace un llamado por el medio ambiente y el desarrollo sostenible. ¡Como si un almuerzo con pobres debía hacerse con utensilios desechables! Una vajilla barata de loza habría hecho mejor papel teniendo en cuenta la manera de pensar del papa.

Una pequeña búsqueda sobre este tema en internet me hizo llegar a este artículo reciente del diario La Vanguardia sobre la gigantesca cantidad de residuos que reciben diariamente las islas del Mediterráneo, en promedio unos 300.000 residuos. Los datos son de un estudio hecho por la Universidad de Barcelona. La basura aumenta considerablemente en los meses de temporada alta, con lo que está bien claro que el turismo es la principal fuente del problema. Caminando a lo largo de la preciosa playa de arena amarilla de San Leone, en la costa sur de Sicilia, nos tropezamos a veces con restos de botellas, latas, pitillos plásticos –¿no que estaban prohibidos? – un balde plástico rojo abandonado por algún niño, y montones de colillas de cigarrillos apagados en la arena. Un poco más allá, una bolsa plástica revoloteaba mecida por el viento en dirección al mar en donde poco después sería arrastrada por el oleaje y terminaría en la garganta de algún pez, o en alguna de las sopas de plástico que hoy crecen en los mares de la tierra.

Italia introdujo hace algún tiempo el uso obligatorio en supermercados de la llamada ‘bolsa biodegradable’. Desgraciadamente, esta bolsa no se descompone del todo por eso no representa una solución al problema.

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Teatro Griego de Taormina. Al fondo, el Etna

En un lugar como Sicilia, la belleza de sus imponentes paisajes, montañas, costas rocosas con sus ciudades incrustadas en la piedra, sus mares azules y turquesa, su arquitectura barroca, sus templos griegos, sus villas romanas, su rica gastronomía, sus vinos d’Avola, su pasado árabe y normando…, etc., etc., todo esto es para el visitante sin duda más notorio que la fealdad de la basura en las bermas a lo largo de las carreteras. Pero si gente como Marco (que están en el negocio de la hotelería) no se quiere avergonzar por el espectáculo de la inmundicia, más le valdría reducir considerablemente en sus hoteles y restaurantes el uso de utensilios desechables de plástico. Esto nada más disminuiría en la misma proporción el volumen de la basura que se produce, y la gente no se vería obligada a arrojarla de cualquier manera en los caminos.

4 opiniones en “Sicilia, perdón por la basura”

  1. Es una lastima la suciedad en Sicilia y también en Roma y da la sensación que a los locales les da lo mismo. También se ve el descuido en los parques y sectores verdes de las ciudades!

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