¡Pensar que en 2017 uno se puede morir en Alemania por el estallido de una bomba de la segunda guerra mundial!
Se dice que entre un diez y quince por ciento de todas las bombas que arrojaron los aliados sobre Alemania durante la segunda guerra mundial nunca explotaron y que permanecen activas bajo tierra desde entonces. De vez en cuando, con algún movimiento de tierra para alguna construcción, descubren alguna y proceden a desactivarla. Con una combinación de pericia y buena suerte todo sale bien.
Ahora que acaban de desactivar exitosamente en pleno centro de la ciudad de Frankfurt una de esas viejas bombas me entero de que esto es algo que pasa con bastante más frecuencia de lo que la gente piensa.
Solamente en los últimos meses, que se sepa por la prensa, los alemanes desactivaron: una poderosa bomba el 25 de dic de 2016 en la ciudad de Augsburg
otra en Dusseldorf en marzo de 2017,
tres bombas en Hannover en mayo de 2017,
y una masiva bomba el pasado mes de julio en Regensburg . Además, el 30 de agosto tuvieron que cerrar el aeropuerto de Tegel de Berlín para desactivar otra bomba;
el 2 de septiembre le tocó el turno a una bomba en Koblenz , y el pasado fin de semana evacuaron a 60.000 personas en el centro de Frankfurt por culpa de la bomba mencionada arriba. Esto para hablar solamente de los casos más conocidos sucedidos entre diciembre de 2016 y el día de hoy. Pero todos los años encuentran nuevas viejas bombas y otros explosivos de la última guerra. No es difícil hallar en internet documentación sobre estas bombas dormidas y encontradas a lo largo de los últimos setenta años. Todas estas ciudades fueron blanco de los bombardeos británicos hasta el final de la guerra. Por razones de quilibrio, hay que decir que igualmente en Londres han ido apareciendo con los años bombas nazis, como esta encontrada en 2015 en un sector al sur de la ciudad:
Por lo general, casi todas las intervenciones han sido, ¡afortunadamente!, exitosas, aunque ha muerto bastante gente en las operaciones de inutilización de estos artefactos. Se dice que mientras más tiempo pasa, estas viejas bombas y toda clase de munición que no explotó se van haciendo más peligrosos debido a “la fatiga del material”. Desde 2000 han muerto once técnicos, entre los cuales tres personas que trataban de controlar una bomba de mil libras que encontraron en el mercado de las pulgas de Gottingen en 2010.
Al menos la bomba que cayó en el sitio en donde está la casa en la que yo vivo sí explotó en su momento. Esto es seguro porque el hueco quedó ahí como evidencia desde el final de la guerra hasta hace cuatro años cuando construyeron el edificio.
Según los expertos, pueden pasar décadas antes de que sea seguro que se han eliminado todas estas municiones sin explotar. Mientras tanto, a cruzar los dedos, y esperar que sigan durmiendo el sueño eterno bajo lo que hoy puede ser un pacífico parque, una carretera, un edificio. Pues, según dicen, si no las tocan no pasa nada. Lo malo es encontrarlas. Pero, ¿cómo se evita esto?
(Con información e imágenes de diversos medios de prensa en internet)
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