El controvertido Foro Humboldt de Berlín ya está casi listo

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Imagen de: Humboldtforum.com

La nueva maravilla de la Isla de los Museos

La construcción del Foro Humboldt de Berlín es un perfecto ejemplo de la eficacia alemana. Pusieron la primera piedra en junio de 2013, y lo más seguro es que la fecha de inauguración prevista para octubre de 2019 se logre fácilmente. El pasado fin de semana, las directivas del Foro abrieron las puertas al público berlinés para que apreciara el estado de la obra. Y, ¡oh sorpresa!, está casi listo. Ojalá el nuevo aeropuerto de Berlín –que debió ser inaugurado en 2011 y que, con suerte, lo será en 2020, es decir, con casi una década de retraso–, hubiera contado con este equipo de trabajo. Ahora no sería motivo de burla de todo lo que puede ir mal con la famosa eficacia alemana.

Schloss1898
El Schloss en 1898

El Foro Humboldt será un centro internacional de cultura situado en la Isla de los Museos de Berlín. En ese lugar estuvo antes el Palacio de Berlín (Stadtschloss), la residencia de los reyes de Prusia, que fue demolido en los años 1950 porque había quedado en muy mal estado después de la segunda guerra mundial. Y después, el Parlamento de la República Democrática Alemana RDA, construido en los años setenta y demolido también para construir el Foro.

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Palacio de la República, Parlamento de la RDA en 1977 (ahora demolido)

Pero el origen de este enorme proyecto estuvo rodeado de no poca controversia.

Las nuevas sociedades construyen sobre las ruinas de las viejas. A veces, para hacer algo completamente nuevo, algo que olvide un pasado que se quiere olvidar; y a veces, al contrario, para traer al presente las luces de algún pasado glorioso. La reconstrucción de Alemania después de los destrozos de la segunda guerra muestra ambos casos. El viejo centro de la ciudad de Dresde destruido por los bombardeos de los aliados, por ejemplo, fue replicado exactamente como era antes de la guerra. En cambio, el régimen comunista de la RDA optó con frecuencia por demoler la arquitectura anterior que tenía demasiadas reminiscencia imperiales y nazis, y comenzar de cero.

El Berlín reunificado de hoy ha optado igualmente a menudo por demoler los edificios erigidos por el régimen comunista, para malestar de una parte de la población (la de la vieja Alemania oriental) que creció viendo esos edificios que hicieron parte de su historia, y les duele verlos convertidos en escombros, y desaparecer definitivamente. Muchos alemanes del este, que (para bien y para mal) vieron desmoronarse de un día a otro su sistema político y su estilo de vida, ven en las demoliciones de edificios emblemáticos de ese periodo, la eliminación de una parte importante de su pasado. Un capítulo de la historia que los alemanes occidentales prefieren borrar porque les parece feo.

El Foro Humboldt no solo borró el Parlamento de la RDA (se justificó también diciendo que tenía asbesto), sino que, según algunos, sus promotores propusieron un estilo que hace guiños a épocas anteriores de la historia del país, a la Alemania (Prusia) poderosa de los siglos XVIII y XIX. Es verdad que no se reconstruyó completamente el palacio original, pero la nueva construcción reproduce muchos elementos del estilo barroco del palacio de Federico II el Grande.

Mezcla de estilos
Se puede apreciar la mezcla de estilos

Este fue otro elemento importante en la controversia. ¿Quieren los alemanes reconstruir el poder de su pasado imperial? Claro que no, respondieron los promotores del proyecto. El nuevo palacio es un híbrido arquitectural que reúne las diferentes capas de la historia del sitio, entre las cuales, el barroco de los tiempos de los Hohenzollern, la familia real, es solo una. Según la web del Foro, la mezcla de estilos resultante, la mixtura de lo viejo con los nuevo revela más bien una nueva mirada al futuro.

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Fachada este

El arquitecto a cargo, el italiano Franco Stella, diseñó un paso peatonal que atraviesa los edificios, con el objetivo de reutilizar la estructura y sus patios como nuevos lugares públicos para la ciudad. El lado del edificio que da al río Spree, es una fachada moderna. Pero una vez más, como no todo el mundo queda contento, algunos ya han dicho que hace pensar en la arquitectura de los años de Mussolini.

Haciendo a un lado el asunto arquitectónico, el Foro Humboldt ha sido fuertemente criticado también por su conexión con lo que se considera como ‘apropiación cultural’ y saqueo de arte. Esto debido a que el Foro será sede del Museo Etnológico de Berlín y del Museo de Arte Asiático, cuyas colecciones ahora se exponen en un museo en las afueras de Berlín, en Dahlem, a donde no va casi nadie. Muchos piensan que el arte que albergan estos museos pertenece en realidad a los países antes colonizados y debe ser devuelto. Un grupo de presión llamado, No Humboldt 21!, que se opuso desde el comienzo al proyecto pero cuya página web no ha vuelto a ser actualizada desde 2014, dice que, “el concepto actual [del Foro] es un atentado contra la dignidad y los derechos de propiedad de personas en todas partes del mundo, es eurocéntrico y reaccionario. El Foro Humboldt está en contra del objetivo de la convivencia equitativa en la sociedad migratoria de la Alemania actual”.

Dekoloniale
http://www.africavenir.org

La ‘apropiación cultural’ y el saqueo de arte de las potencias europeas en siglos precedentes es un tema que cada vez se está moviendo más en Europa, y que comienza a dar algunos resultados. En Francia, el presidente Macron ha prometido regresar arte africano a sus países de origen.

El nombre de Alexander von Humboldt, uno de los hermanos (el otro es el lingüista y erudito Wilhelm von Humboldt) que da nombre al museo, también resultó problemático porque, según los críticos, sus investigaciones en Centro y Suramérica “hicieron parte de un proyecto colonial que contribuye hasta hoy a la explotación del Sur Global”. Ciertamente. Sin embargo, cómo desconocer la importancia de su trabajo. De hecho, el nombre de este naturalista y explorador prusiano sigue siendo honrado y admirado en Centro y Suramérica.

Finalmente, el costo (590 millones de euro, de los cuales 32 debían ser cubiertos por la ciudad, y el resto por donaciones) de esta mega obra sobrepasaba las posibilidades de una ciudad como Berlín conocida por ser “sexy pero pobre”. Pero el hecho de que la construcción se haya mantenido al ritmo previsto es señal de que la plata no ha faltado.

El año entrante, cuando el Foro Humboldt abra sus puertas al público, posiblemente algunos recordarán los debates que precedieron su creación, algunos seguirán pensando que es demasiado barroco e imperial y que Alemania tiene de nuevo deseos de grandeza; a otros le molestará la mezcla de estilos; otros más insistirán en la cantidad de millones que costó y que debieron ser utilizados mejor para vivienda social que buena falta hace en la ciudad. Aparte de todo esto, lo cierto es que esta preciosa edificación borrará un poco más el recuerdo de la cicatriz que dejara en la ciudad la guerra fría.

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