¡Que devuelva el premio Nobel!

AP Photo/Charles Dharapak
AP Photo/Charles Dharapak

Cuando le dieron el premio Nobel de la paz a Obama en 2009 a muchos no nos gustó la noticia. ¿No era un poco raro darle un premio de paz al presidente de la primera potencia bélica del mundo? Pero bueno, tratando de explicar la lógica del premio, no se lo estaban dando a cualquiera sino al primer presidente negro de los EE.UU., alguien que además en aquel momento parecía representar todo lo que no era el insoportable y guerrerista George W. Bush. Y finalmente, el argumento clave, al darle ese premio los señores del Nobel querrían asegurarse de que durante su mandato Barack Obama tuviera un comportamiento acorde con la paz en el mundo.

Obama_PeacePrizeBueno, parece que se equivocaron. Ahora que está más que claro que Obama no ha hecho honor al premio, el comité encargado del Nobel debería exigir su devolución. Es lo mínimo. ¿Cómo puede seguir ostentando el título de la paz alguien que está a punto de involucrar al mundo en semejante confrontación?

Hay algunos – esos a quienes todavía les queda, quién sabe por qué, un poquito de confianza en Obama – que piensan que el presidente está en realidad aterrorizado por la situación a a la que se ha llegado ante una inminente acción militar en Siria. Situación que, de paso sea dicho, se buscó él mismo cuando mencionó la fatal ‘línea roja‘. ¿No fue eso un poco precipitado, un poco irresponsable? Esos mismos creen que Obama estaría ahora secretamente deseando que el Congreso no apruebe el ataque. Ojalá sea cierto, ya lo veremos.

Lo más evidente es que Obama nos viene decepcionando desde hace años a todos los que en 2008 nos alegramos con su elección. («I’m disappointed«, Matt Damon el año pasado). Lo de Siria es la gota que ha colmado el vaso. Finalmente el presidente de la nación más poderosa del mundo no es sino una pieza más de la pesada maquinaria política, militar y económica que dirige ese país. Una pieza que se mueve según los intereses del aparato.

Por el momento sigue la incógnita. ¿Estaramos dentro de unos días viendo por los medios las imágenes de los Tomahawk cayendo sobre Damasco? Esperemos que no. Ayer se produjo un nuevo giro en la discusión con la propuesta mediadora de Putin (¡Putin al rescate, quién lo hubiera dicho!). No habría bombardeo si los sirios entregan las armas química. Esas mismas armas químicas que producen las democracias occidentales y que les venden a Gobiernos como el de Bashar al-Assad.

Continuará.

Mientras tanto que los del Nobel en Oslo vayan escribiendo la carta exigiendo la devolución del premio al señor Presidente de los Estados Unidos por no estar a la altura de la dignidad que le fue acordada.

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