Uno de los personajes del Tío Vania, la preciosa obra de teatro de Chéjov es Mijaíl Ástrov, un médico, amante de la naturaleza. Ástrov se queja de que en su afán de desarrollo Rusia está acabando con sus bosque, habla de la degradación del país, de la ignorancia e inconsciencia de la humanidad que en su afán de calentarse destruye todo lo que tiene a su alcance sin pensar en el mañana. Entonces sugiere que en vez de leña ya es hora de que se comience a usar lo que está bajo tierra para producir calor.
Lo que a fines del siglo XIX, la explotación de las fuentes fósiles de energía, todavía se podía ver como una alternativa para proteger la naturaleza, a comienzos del XXI (y mucho antes) se puede decir de ésta lo que decía Ástrov sobre la inconsciencia de la humanidad al continuar explotando un recurso destructivo sin pensar en el mañana. ¡Qué se iba a imaginar el muy sensato Doctor Ástrov en 1899, un ecologista avant la lettre, que un siglo más tarde la exploración, explotación y uso de los fósiles, si bien aceleró el desarrollo, no salvaría los bosques rusos, Europa es un continente deforestado, y que al paso que va el ‘desarrollo’ si nadie le pone freno, en un par de décadas el Amazonas estará pavimentado!
Los Ástrov de hoy podrían preguntarse con menos riesgo de equivocarse, por qué diablos se sigue perforando el planeta para encontrar gas y petróleo, por qué quieren perforar la Antártica, por qué se les ha dado ahora por el fracking, etc., si existe una fuente durable y limpia de energía para la cual ya existe incluso la tecnología necesaria para su aprovechamiento: el sol.
Con frecuencia en las películas de ciencia ficción que se ubican en un futuro no muy lejano aparece el uso de la energía solar como algo muy normal. Lo que hace suponer que hoy en día muchos están convencidos de que ese es el futuro, que la humanidad terminará tarde o temprano usando exclusivamente el calor del sol. Entonces, ¿por qué no se ha generalizado con más rapidez el proceso de instalación de paneles solares? ¿Por qué se sigue aplazando para un tiempo futuro cuando podría ser una realidad presente?
Hace unos días alguien me mandó el enlace a un vídeo sobre energía solar realizado por la televisión holandesa hace algunos años. Más exactamente el documental trata sobre la revolución que representaría la aplicación de la nueva tecnología solar en el mundo. El enorme potencial del mercado de lo solar traería no solo el beneficio para el ambiente sino nuevas ventanas de oportunidades de trabajo y desarrollo. El vídeo se llama Here comes de sun (sí, como la famosa canción) y vale la pena verlo:
Este vídeo te hace sentir de algún modo optimista porque muestra que la tecnología solar es un hecho ya. El sol es el nuevo combustible que hace obsoletas la energía fósil, nuclear, por no hablar de los nefastos agrocombustibles. ¡Qué hubiera dicho Ástrov de los agrocombustibles! ¡Los bosques asiáticos y suramericanos arrasados para producir bioetanol!
Hay demasiados y muy poderosos intereses económicos invertidos hoy en el petróleo, el gas, y el carbón. Esto es lo que está retrasando la expansión de una industria de lo solar, porque el paso a lo solar significaría la desaparición de una economía basada en la explotación de los fósiles, con su infraestructura y su enorme inversión de capital. Las grandes empresas como Shell, BP, entre otras, temen perder lo que ya tienen seguro entre manos, aún conociendo, porque bien los conocen, los efectos perjudiciales del negocio que las enriquece. El aprovechamiento de la energía del sol tiene además un potencial único con respecto a las energías convencionales, como lo muestra también el vídeo: una unidad residencial, una comunidad podrían ser autosuficientes, producir la energía que necesitan sin depender de los suministros de una poderosa empresa.