Hitler está de nuevo en Alemania

Una nueva edición de Mein Kampf (“Mi lucha”) es hoy el libro que más se vende en Alemania en el género de ensayo.

Durante setenta años estuvo prohibido publicar la obra de Hitler en Alemania. El estado federado de Baviera tenía los derechos de autor y se encargó de impedir su edición. Pero esta prohibición terminó en 2015. En enero de 2016, con el fin de “contribuir en la comprensión de Hitler y del Tercer Reich”, el Institut für Zeitgeschichte (Instituto de Historia Contemporánea) de Múnich, publicó una edición crítica de Mein Kampf, una labor a cargo de un equipo de cuatro historiadores que trabajaron durante tres años en el tema. El resultado son dos gruesos tomos cargados de comentarios científicos y 3.700 notas de pie de página.

Esta es la clase de libros que solamente compran y leen los especialistas, no es literatura para gran público, por eso para la primera edición de la obra se calculó que cuatro mil ejemplares serían más que suficientes. Sin embargo, en mayo de este año la obra ya iba por la quinta edición con 78 mil ejemplares vendidos. El libro en el que Hitler argumenta su antisemitismo, sus teorías conspirativas y la ideología política del nacional socialismo está ahora en el puesto número uno de las listas de ventas de libros de no ficción en los grandes medios de prensa. Solamente en Der Spiegel el libro aparece en el puesto dos.

Ahora, un editor de extrema derecha dice que quiere hacer una edición no científica y sin anotaciones ni notas de pie de página, una edición popular. Si la gente ha pagado 59 euros por una pesada edición científica, la popular, que saldrá con un precio mucho más bajo, se venderá sin duda como pan caliente.

¿ Cómo se explica esto? ¿A qué viene tanto interés?

No es que Hitler esté de vuelta, dice el historiador Rolf Rietzler en entrevista con el periódico holandés NRC Handelsblad, es que en realidad el Führer nunca se fue de Alemania, nunca desapareció por completo del imaginario de los alemanes. Este especialista en Hitler acaba de publicar un libro sobre la imagen que tienen los alemanes de Hitler, en el que expone la fascinación que estos han tenido y siguen teniendo por el jefe nazi. A lo largo de estos 70 años, después de su derrota en la Segunda Guerra mundial, la percepción de su imagen ha cambiado según las perspectivas históricas del momento, pero siempre ha sido una figura altamente mediática. En estas siete décadas Hitler ha sido tema de toda clase de obras literarias, obras de teatro, cine, debates, programas de televisión. Todo lo relacionado con él, ya sea para exaltarlo o demonizarlo, se vende bien porque la figura de Hitler seduce a los alemanes. No importa que el nombre de Hitler se haya vuelto el ícono del mal, ni que cuando se quiere hablar de la maldad con frecuencia se recurra al nombre de Hitler y a los hechos de su periodo histórico. A pesar de ello, y quizá por ello mismo, Hitler embelesa.

El año pasado salió la película alemana Er ist wieder da (Está de vuelta), una aburrida comedia alemana basada en un libro con el mismo título, que imagina a Hitler andando por las calles de la Alemania de hoy día y muestra cómo reacciona la gente cuando lo ve, con un poco de asombro y mucha risa. La película, que fue un enorme éxito en el país, se burla de Hitler pero al hacer de él un personaje gracioso también “lo desinfecta”, como sugiere Rietzler. Según este historiador, los alemanes mantienen una “relación intensamente neurótica” hacia Hitler. Una relación de amor-odio que no han podido superar.

Tal vez limpiar la imagen del nazi no era el objetivo de la película, pero sin duda éste ha sido el resultado: desinfectar, normalizar la presencia de Hitler en la sociedad alemana actual al despojarlo de su pesada carga histórica negativa. Lo más curioso de este ‘regreso’ de alguien (que nunca se había ido del todo) es que en Alemania nadie parece estar preguntándose por qué. ¿Por qué sigue teniendo tanto éxito la obra de alguien considerado como la reencarnación del mal, el Lord Voldemort de Harry Poter, el Darth Vader de la Guerra de las Galaxias? ¿No será esto razón para preocuparse? ¿Se estará olvidando la culpa por el holocausto? ¿Está la extrema derecha fascista extendiéndose a tal punto que nadie ve, o no quiere ver, el auge de una inclinación política coherente con el racismo y la xenofobia?

Se me ocurre que la relación «intensamente neurótica» de los alemanes con Hitler es como la atracción que sufren las mariposas que revolotean alrededor de la llama. Un aleteo en el que ya una vez los alemanes salieron bien quemados.