Emilia Pérez, una trans-culturación afortunada

Parece que a los mexicanos no les ha gustado el film Emilia Pérez porque, dicen, “no refleja de manera adecuada” la cultura del país. Pero, ¿desde cuándo la películas de ficción se hacen para reflejar las culturas de los países?

Por otro lado, algunos se quejan de que Selena Gomez, una de las cuatro excelentes protagonistas de la película, no habla bien español. ¿Y qué? Pero actúa bien, que es lo que importa. Basta pensar en la cantidad de gente en el mundo que no habla español y que ha visto o verá la película. Para toda esta gente pasará desapercibido el ligero acento gringo de la actriz. Sin mencionar la costumbre que hay en muchos países de doblar la películas. Allí Selena hablará en alemán, en italiano, en sueco, en japonés…

Jacques Audiard

Una anotación más sobre las lenguas de las películas: algunos mexicanos reaccionaron todavía más escandalizados cuando se enteraron de que el francés Jacques Audiard, el director de Emilia Pérez, no habla ni inglés ni español, y la película está hablada en estas dos lenguas. Pues bien, en vez de escandalizarse, tendrían que aplaudirlo con admiración: ¡cómo pudo Audiard obtener un producto de tanta calidad a pesar de su falta de control lingüístico! Y más se escandalizan cuando saben que el director filmó fuera de México una película que trata sobre personajes mexicanos. Pues la película fue enteramente realizada en Francia. El rodaje se hizo en un estudio cerca de París. La letra de las canciones estuvo a cargo de Camille, una cantante francesa. En resumen, a excepción de las protagonistas, todo es francés en esta película. Y precisamente el arte de esta producción está en que esto no se nota. Los mexicanos podrán decir que no es muy mexicana, con lo que yo no estoy de acuerdo, o en cualquier caso me parece irrelevante, pero nadie podrá decir que la película es afrancesada.

Emilia Pérez es una película que te sorprende desde el comienzo. Nada en su extravagante trama es previsible. No tienes ni la menor sospecha de para dónde va la historia. El argumento avanza en forma de baile y de canción, y cada giro aporta una nueva sorpresa. Con esta película, Audiard, que además de realizador es también el autor del guion, pone en cuestión y se burla del macho latino. Porque, quién tipifica mejor a este macho que un narco sanguinario. Que esta figura tenebrosa resulte confesando humildemente casi al comienzo de la película, que él en realidad siempre se ha sentido mujer, es algo deliciosamente extraordinario.

En México se quejan también por el hecho de que esta película francesa reproduciría el estereotipo de la violencia y el machismo asociados a la cultura mexicana. Un tuit posteado por un mexicano en X protesta diciendo que es así como los extranjeros quieren ver a México, “en la miseria y siendo criminales”. Pero, por favor, el mismo cine mexicano está lleno de películas de narcos que reproducen el estereotipo de miseria y violencia de las que se lamenta el mencionado tuit. La lista de películas y series de televisión mexicanas que retratan de manera cruda y explícita la violencia de las bandas de narcotraficantes, sicarios, los femicidios y otras formas de agresión a las mujeres, con frecuencia en contextos de una pobreza rural o de barrios urbanos marginados, es una lista larga. Toda de producción nacional. Made in Mexico. El poquito de violencia que se ve en Emilia no es nada en comparación, por ejemplo, con la que se sugiere en la muy bien lograda sátira, El Infierno, del director mexicano Luis Estrada. Para nombrar solo una, y de gran calidad. Ahí están también las series del famoso Chapo Guzmán. La violencia contada en las películas y novelas mexicanas —y latinoamericanas en general— no es un estereotipo, corresponde en grandes proporciones con la triste realidad del continente en estas materias.

Los mexicanos que están disgustados con la Emilia de Audiard deberían tener en cuenta que la historia del cine mundial está llena de grandes películas rodadas en estudios o en escenarios que nada tienen que ver con los países de las historias que narran. En eso justamente radica también el arte cinematográfico, en ser capaz de recrear un ambiente, una realidad convincente en un decorado ficticio. Emilia no supone un fenómeno de transculturación, sino simplemente un caso trans que se despliega en un contexto cultural inaudito. Un caso en el que nada tienen que hacer los nacionalismos.

Yo acostumbro a llevar una lista de las películas que veo en el año. Al final elijo las que más me gustaron, y entre éstas —siempre con algunas dudas— elijo la que me pareció mejor. Este año no tengo ninguna duda: Emilia Pérez fue lo mejor de 2024.

Adriana Paz (la única mexicana) Karla Sofía Gastón, Zoe Valdés y Selena Gomez, las cuatro protagonistas de la película

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