Hasta hace dos o tres meses yo no tenía ni la más menor idea de quién era Taylor Swift. Pero eso no es nada raro. A duras penas sé quién es Beyoncé. Mi ignorancia en algunos géneros musicales contemporáneos me ha resultado incómoda en algunas ocasiones. Esas ocasiones en las que todo el mundo sabe de quién se habla menos yo. De modo que, aprovechando la fiebre de swifties (¡qué fenómeno este, ah!) en estos momentos en el mundo, debido al nuevo álbum de la cantante y a su gira europea, me puse a la tarea de actualizarme en el tema. Vi varios vídeos en Youtube, leí un artículo de prensa por aquí, otro por allá, eché un vistazo a algunas fotos de los conciertos en Madrid, París, Ámsterdam…, con el resultado de que ahora sé un par de cosas sobre la cantante pop más exitosa, multi-Grammy y multimillonaria de todos los tiempos.
Una carrera fascinante. Una combinación de persistencia, buena promoción, buenos enchufes, y también mucho talento, sin duda. Un vídeo como el de la canción Anti-Hero es fantástico, y podría darle envidia a cineastas de la categoría de Wes Anderson.
Para tener una idea de su trayectoria artística, no está mal este vídeo biográfico que permite conocerla desde sus inicios. Por ahí me enteré de que una de sus abuelas, Marjorie Finlay, fue cantante de ópera. Y como a mí me gusta la ópera más que el pop rock, pensé que valdría la pena darle una ojeada a lo que se sabe de esta abuela, que aunque no alcanzó el renombre de su nieta, debió ser sin duda una mujer igualmente talentosa. Ahí está Marjorie, la canción. La verdad es que es un poco sosa esta canción pero qué importa, lo que cuenta es que revela hasta qué punto la vida de su abuela fue una inspiración para esta súper estrella del pop. Y esta inspiración en la vieja generación ha generado de paso reencuentros de abuelas y nietas entre sus seguidoras. Qué bonito, ¿verdad?
Como los swifties bien saben, muchas de las canciones de Taylor son autobiográficas. La abuela Marjorie está presente en otras más. Hay una escena en particular que me llama la atención en Anti-Hero. Es la escena del cuarto de baño. Ahí se ve colgada en la pared una foto en blanco y negro de una Marjorie joven. Curioso. ¿Por qué esta foto aquí? Bueno, las video-canciones de Taylor se prestan para miles de interpretaciones, pero en este caso hay una que se impone cuando a uno le gustan las historias de secretos familiares, como sugiere la narración de este vídeo.
Resulta que Marjorie murió en 2003, a la edad de 74 años, “por causas no reveladas”, según dice la página de Marjorie Finlay en la Wikipedia. Una frase como esta me hubiera pasado desapercibida si yo no hubiera visto un poco antes el vídeo Anti-Hero. Me metí en otras pocas páginas sobre Marjorie (no hay muchas, la verdad) y ninguna de ellas da cuenta de cómo murió. Aparentemente Google desconoce la causa de su muerte. Detalles como este sirven para disparar toda clase de fantasías.
El caso es que en el relato de Anti-Hero, el cadáver de una Taylor vieja yace en su cajón funerario, junto al cual sus dos hijos y su nuera se disputan la herencia. Están furiosos porque Taylor ha dejado toda su fortuna a sus tres gatos. Y en algún momento se sugiere que la nuera le dio un empujón a la suegra, y Taylor cayó por el balcón. Ahora está muerta. Pero eso solo lo saben ellos. La causa de su muerte “no es revelada”. Que cada quien saque su propia conclusión.
Qué lástima que no haya más información sobre la carrera artística de Marjorie Finlay en Internet. Se sabe que era soprano coloratura, se sabe que en algún momento cantó La novia vendida, unaópera bufa de Smetana, cantó arias de La Golondrina, de Puccini, y arias del Fausto de Gounod. Pero no me fue posible hallar registros de estas actuaciones. Físicamente era muy parecida a la nieta. Lo único seguro es que, como cantante lírica, por mucho éxito que hubiera alcanzado —que se hubiera convertido en otra Maria Callas, o algo así— jamás habría logrado lo que ha conseguido la nieta en diez años de carrera: según la revista Forbes, “Swift es la primera cantante que entra en la clasificación de multimillonarios basándose principalmente en sus canciones y actuaciones”. Y qué decir del swiftismo. ¿Qué artista de cualquier tiempo se ha dado el lujo de generar una corriente de seguidores de estas características? Bueno, tal vez los Beatles. No sé…




Confieso que tengo la misma poca idea sobre Taylor y sus canciones que en su día tuve (y sigo teniendo) sobre Rihanna. Ahora gracias a ti al menos participo de las especulaciones criminales sobre la muerte de su abuela.
A Taylor le deseo que pueda disfrutar de su éxito mientras le dure – en menos de cien años estaremos todos calvos.
Feliz semana.
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Me has hecho reír con tu comentario. Gracias.
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