El nuevo viejo palacio Barberini de Potsdam

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Cola frente al museo. Foto J Eijsvoogel

Potsdam, un lunes de enero a las diez de la mañana. La temperatura es de menos cuatro grados centígrados. No ha nevado en los últimos días, pero el cielo algodonoso y plomizo augura nieve en cualquier momento. A ratos, un suave viento helado –un viento sibérico, pienso yo– nos acaricia ásperamente a las personas que hace rato nos hemos puesto a hacer la cola frente al Barberini, el nuevo museo de arte de la ciudad.Un lunes no es el mejor día para ir a un museo, pero hoy es el primer día del Barberini, y su inauguración ha contado con no poca publicidad en Alemania. No solamente por las obras de arte que se exponen sino por el palacio mismo. Por eso la cola. A pesar de que es lunes y de que nos tocó esperar casi una hora en el frío.

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El viejo palacio Barberini

En 1771 Federico el Grande hizo construir el Barberini según el palacio barroco del mismo nombre en Roma. Pero como muchas de las obras monumentales alemanas, el palacio no sobrevivió los bombardeos de la segunda guerra mundial. En abril de 1945 quedó convertido en ruina, y unos años más tarde, lo poco que quedaba fue demolido transformándose el sitio en uno más de esos espacios vacíos de las ciudades alemanas de la posguerra. Cicatrices de la conflagración camufladas en improvisados parques, parqueaderos de carros, o lugares de aspecto abandonado a la espera de algún proyecto que los reviva.

El turno de revivir le llegó en 2013 al Barberini que se encontraba en “una de las plazas más hermosas de la ciudad”, junto al palacio de la Alcaldía, y a la imponente iglesia San Nicolás. La nueva riqueza de los años que corren se encargó de poner los fondos necesarios para la reconstrucción exacta del Barberini de acuerdo a la edificación original. Hasso Plattner, multibillonario de la industria del software, corrió con los gastos. Según datos de la revista Forbes de 2016, Plattner es el rico número 20 del mundo, y el número 10 de Alemania.

Este video recorre en un minuto la historia del Barberini:

Al igual que muchos multibillonarios, Plattner es amante y coleccionista de arte. El Barberini servirá para exponer al público no solo las obras que a él le gustan, sino su propia colección. Esta semana ha comenzado a hacerse realidad este sueño de hombre rico e ilustrado, y ahora el palacio Barberini es la nueva atracción cultural de Potsdam, a solo media hora de Berlín. El palacio ha abierto sus puertas con tres llamativas exposiciones.

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Sous les peupliers, Claude Monet

Para aquellos a quienes gusta el impresionismo esta es una visita obligada. La primera muestra, Impressionism: The Art of Landscape, expone los trabajos más distintivos del paisaje impresionista, en particular los cuadros de Claude Monet. Paisajes de mar, bosques, praderas, jardines, flores, árboles, caminos en los que se entreteje la luz y el aire. Experimentos con el color blanco que resultaron en paisajes de invierno. Paisajes de ríos en los que el agua se refleja como un espejo. Después de recorrer todas las salas de los impresionistas sale uno con los ojos cargados de sensaciones de color y una serenidad entusiasmada. Como dice el catálogo, en el impresionismo no hay narración lo único que cuenta es el acto de ver.

munchLa segunda exhibición del Barberini se titula, Modern Art Classics, e incluye trabajos de Max Liebermann, Edvard Munch, Emil Nolde y Wassily Kandinsky. Personalmente este es un periodo en el arte que me atrae más que el anterior. Esta obra de Munch, pintor de la ansiedad y el desespero, Woman looking in the mirror, se me ocurre que es de una soledad que anticipa el grito, que pintó al año siguiente. Leo que la exposición de Munch en Berlin en 1892, de la que hizo parte este cuadro, tuvo que cerrar sus puertas después de solo siete días. ¿Sería por demasiada desesperación?

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El Grito, detalle

kunstler-in-ddr-1Pero lo mejor del Barberini está en lo que promete. Después de todo, a los impresionistas, fauvistas y toda clase de vanguardistas del siglo XX se los puede ver en muchas partes del mundo. En cambio, la colección de obras de artistas de la antigua República Democrática Alemana RDA que posee el multibillonario Plattner y que exhibirá desde ahora en su precioso palacio es toda una novedad. Al menos para mí.

Este es el tema de la tercera muestra, Artist in de GDR, con obras de artistas de la antigua Alemania comunista (1949-1989). Esta es la más breve de las tres exposiciones pues es solamente una introducción a una exhibición mayor que comenzará este otoño con el título, Behind the Mask: Artist in de GDR. Nombres como Bernhard Heisig, Stefan Plenkers, Willi Sitte, y particularmente, Wolfgang Mattheuer (a excepción de Sitte, ¡ninguno de estos fabulosos artistas tiene página en Wikipedia en inglés!) que me impresionó mucho, me eran completamente desconocidos. Estaré pendiente del Barberini en octubre. Por lo pronto cierro este blog con esta imponente escultura de Mattheuer, Century Step, ubicada de manera permanente en el jardín del museo.

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Foto de J Eijsvoogel

Y bueno, al salir del museo me dije que una visita al Barberini bien vale la pena una hora de cola en el viento frío de una mañana de enero.

3 opiniones en “El nuevo viejo palacio Barberini de Potsdam”

  1. Gracias por compartir esta experiencia, fantastico incluir el video, aprendi, realice el tour, sin hacer fila y sin aguantar frio. Bellisimo y con una historia bien interesante !!!

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