Viaje a Túnez (II)

avenue-habib-bourguiba«Je partais donc pour Tunis, la peur au ventre. J’avais peur de la ville et de ses imprevus». La frase es de Saber Mansouri, un autor tunecino que descubrí en una librería uno de esos días andando por la avenida Habib Bourguiba, una de las más populosas de la ciudad. Siempre que voy a un país por primera vez intento descubrir un autor local que me permita acercarme de otra manera al lugar. A veces una simple buena novela puede revelar en poco tiempo más de la historia, la política y la realidad de un país que la lectura de la guía completa de Lonely Planet.

Este fue el caso con la novela de Mansouri Je suis né huit fois. Cuando termina los estudios de secundaria el personaje deja por primera vez a su familia y a su pueblo para ir a estudiar a la capital, y tiene miedo de los imprevistos que le esperan allá. Lo que me hizo recordar mis propios temores a lo imprevisto en mi camino a Túnez unas semanas atrás. Y al igual que con el personaje, los temores se esfuman sin que te des cuenta al poco de haber llegado.

Ello a pesar de la contracampaña lanzada por simpatizantes de Isis para fastidiar a los que promueven por Facebook la campaña «I will come to Tunisia this summer», porque el turismo es una fuente importante de ingreso en el país. Los extremistas reconstruyeron el texto con proyectiles y armas así:

IwillcomeTunisiaSeguramente alguna gente anulará sus reservaciones. Yo creo que los ataques terroristas son como los terremotos. Aunque hay sitios más susceptibles que otros para que sucedan, nunca se sabe realmente si van a suceder, cuándo, ni quiénes serán las víctimas.

demo_gr«L’histoire s’arrange pour avoir des rendez-vous pas du tout hereux…», decía la prensa tunecina el 25 de marzo. Era un artículo a propósito de lo mal que le venía el ataque al Foro Social Mundial que comenzaba ese día en la ciudad. Pero bien o mal, el foro siguió adelante sin obstáculos, aparte del mal tiempo, porque qué manera de llover, y qué vientos huracanados azotaron la costa tunecina esos días! El programa del movimiento altermundialista -otro mundo es posible- incluyó un mapa para combatir el terrorismo. El tema era omnipresente. La prensa estaba llena de artículos, editoriales, columnas de opinión. Se hablaba de rechazo, de religión, de identidad, de una sociedad fracturada… Un profesor universitario entrevistado en la prensa comentó la actitud de los extremistas islámicos frente al patrimonio cultural. En esos días precisamente Isis fue noticia por la destrucción de reliquias milenarias en un museo de Irak. El profesor explicó que los tradicionalistas no creen en el valor de la piedra, según ellos, monumentos y reliquias son valores occidentales, son objetos perecederos, y lo único eterno es el paraíso y el infierno. Con argumentos como estos no hay debate posible.

En ese contexto, la prensa destacaba a los participantes del foro como los «demócratas del mundo unidos contra el terrorismo», refiriéndose también a la marcha con la que se inauguró el evento. Allí estaban unas 50.000 personas, según los cálculos de los organizadores, llegadas a Túnez con las mejores intenciones de protestar y de organizarse en su oposición a la codicia de las empresas más poderosas del mundo que no les importa destruir bosques, contaminar ríos y océanos, desplazar a la población con tal de proseguir sus negocios. Hay que cargarse de una buena dosis de optimismo para creer que esta gente logrará detener a los ExxonMobil, Shell, BP y tantas otras de ese calibre. Empresas tan poderosas que deciden las políticas de los gobiernos y las resoluciones de la ONU, estas últimas tomadas supuestamente para el bien de toda la humanidad.  Pero no hay peor batalla que la que no se da.

No se puede ir a Túnez sin ver El Bardo, museo que recoge una colección enorme de piezas de la antiguedad fenicia, cartaginesa y romana. En la primera parte de este blog sobre Túnez colgué una imagen que encontré entonces en internet, un mosaico en el que se ve a Teseo degollando al Minotauro. Ahora pude ver el mosaico con mis propios ojos y saqué esta foto en la que además se aprecia el laberinto:

TesseoDegollaMinotauroEra el primer día que abrían el museo después del ataque en el que murieron numerosas personas. Casi no había nadie. Los pocos que nos aventuramos esa mañanaa entramos con un poco de aprensión, como dudando de que fuera cierto que las puertas estaban abiertas al público. Pero lo estaban y pudimos recorrer los pasillos y salas a nuestras anchas. En varias de esas salas se veían todavía las señas contundentes de la tragedia. La sala de Hércules y Dionisios fue de las mas afectadas. Estas dos imágenes corresponden a vitrinas de esas salas:

SalaHercules_DionisiosBaco_disparado

 Continuará…

 

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